jueves, 26 de noviembre de 2009

Aquí se queda

Me desperté en un sueño incoherente

Con lágrimas de seda

El ruidoso silencio de la gente

Me ahogaba

Despertaba lo inerte

El aire me parecía algo asqueroso

Sus pasos me golpeaban la cabeza

Como martillos que dictan el paso

Recuerda sus dulces y cínicas palabras

Como si estuvieran escritas de sangre en la mente

Se conocía lo maravilloso

Pero sin pensarlo

Se torno en sobras muertas de algo inexistente

Vomita bastardo!

Culpa tu maldita voluntad,

Y ahora, arrástrate,

Arrástrate, asómate para verme sonreír,

Para burlarme de ti,

A ver si tu intelecto te ayuda a caminar…

Maldito aristocrata.

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